- El valor del deporte en la sociedad.
El deporte tiene un enorme valor
social y tiene el poder de arrastrar y unir grandes masas. Pero ha
ido perdiendo valor hasta tal punto que su credibilidad como
actividad formadora se ha puesto en cuestión porque se no se valora
el camino y se persigue solo el resultado, cayendo en el famoso
dicho 'El fin justifica los medios'. El doping es el resultado
de esta manera de enfocar el deporte. Muchos deportistas han sido
iconos, mitos y héroes durante muchos años, y ahora van cayendo uno
tras otro y, con ellos, los sueños de muchas personas que han creído
en ellos y los han tenido como ejemplos a seguir durante mucho
tiempo, y ahora ellos se han dejado seducir por la gloria, la fama,
el dinero, el éxito…
En esta sociedad capitalista en
la que vivimos se dice que todo tiene un precio en esta vida,
pero nuestros principios y valores no deben tener precio y ni
siquiera tendrían que estar en venta.
El deporte y los deportistas
ejercen una enorme influencia en la sociedad y por ello se debería
tener mucho más cuidado en su utilización. En los últimos años,
el espíritu competitivo ha destruido los sentimientos de
cooperación y solidaridad porque se ha concebido el éxito como
el estallido de la ambición personal y la supresión del miedo a no
triunfar, y no como el resultado del amor al trabajo bien realizado.
El deporte debe ser utilizado en
todos los ámbitos sociales como instrumento de cambio y
transformación, pero para ello se debe transmitir y utilizar de la
manera adecuada para que tenga el impacto correcto.
- El deporte como herramienta de transformación social.
El deporte debe verse como una
actividad corporal que altera toda la persona, estimula las distintas
capacidades y dimensiones, y fortalece y dinamiza sus múltiples
inteligencias, como la corporal, la emocional y la social en
especial, que ayuda a cultivar las relaciones humanas.
Debe ser practicado de un modo
continuado que enseñe a dominar y a canalizar emociones
negativas, y a expresar y comunicar adecuadamente emociones
positivas. Debe considerarse como actitud ante la vida. Su práctica
requiere disciplina y autocontrol, y educa en el conocimiento
y dominio de sí mismo.
El deporte es una escuela
de valores nobles como la lealtad, el sufrimiento... siendo las
virtudes de un buen deportista la lealtad, la obediencia, el espíritu
de renuncia, la fidelidad a los compromisos, la modestia, la
generosidad, la honestidad...
El deporte desarrolla el
carácter, hace valiente a la persona, ayuda al desarrollo
intelectual, y fortalece la resistencia y la voluntad.
También fortalece
la resiliencia, que es la capacidad de levantarse,
adaptarse y ser flexible ante las situaciones nuevas y/o difíciles.
La manera de recorrer el camino
que lleva a la obtención de los objetivos es la diferencia entre los
verdaderos ganadores y perdedores, y lo que da el auténtico sentido
a practicar deporte. El deporte no debe ser vendido como un
instrumento que ayuda a conseguir objetivos, sino como una enseñanza,
una escuela de la vida que aporta valores que ayudan a conocerse a
uno mismo y a crecer como persona para recorrer el camino de la vida
de forma noble y auténtica. Si se siguiera en la sociedad este
mensaje, las próximas generaciones no necesitarían doparse porque
saben que el objetivo no es ganar, sino dar lo mejor de sí mismo en
el camino, y recorrerlo de forma honesta, reconociendo esta actitud
como la verdadera victoria del deportista.
- Deporte y violencia en la sociedad.
La violencia en el deporte se da
tanto en las canchas como en la grada, entre deportistas, entre
espectadores o contra los árbitros, etc. Esto se debe a la
competitividad mal entendida, unida a la falta de educación
deportiva donde se cree que lo importante solo es ganar, cuando el
deporte debería generar todo lo contrario. Pero no solo la violencia
es física. La violencia verbal que encontramos en los medios de
comunicación es una vía de divulgación importante. Muchas veces
portadores de comentarios y noticias son los que generan la
agresividad.
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